Ante la refinada espera me quedé observando el peculiar transcurrir del tiempo, me deleité espiando lo que se esconde detrás de las ventanas opacas del bloque de pisos que había enfrente, vidas ocupadas en un “sinfin” de actividades ociosas, obligaciones, sentires, penas y alegrías... Analicé minuciosamente, con virtuosismo mi historia... y por un instante pude experimentar la sensación completa y el sentido que se manifiestan en mi existencia individual, sentí que la vida era un cuento, con su introducción su nudo y su desenlace. Acaricié con la mente la idea de sentirme superior ante cualquier ser, ¡yo sabía el secreto de la existencia! Intenté expresarlo lo mejor que pude, de dentro hacia fuera, intenté hablar en voz alta para convertirme en partícipe de mi magistral hallazgo, busqué con los ojos a algún peatón despistado... no podía quedarme callada... no podía seguir esperando mientras este descubrimiento me quemaba desde la garganta hasta lo más profundo de mis entrañas. Sólo necesitaba encontrar a alguien para que mis palabras fueran cosiéndose de forma lógica, necesitaba encontrar la cordura en el hilo del lenguaje... Una paz desvestida de euforia e impaciencia se instalaron en mi cabeza.
Al aparecer tu sombra el sentido cogió otro rumbo menos escandaloso, ya no necesitaba encontrar a ningún peatón. El significado estaba allí: en tus grandes ojos y en mi pena mentirosa.
El sentido decidió huir... Fue entonces cuando el sentir más puro anidó en nosotros y echó raíces...
sábado, 15 de agosto de 2009
lunes, 27 de julio de 2009
El despertador

Fue en ese justo momento, en el que el tiempo decidió ser compasivo y dejó de existir por un momento. Por un instante nos dejó ser, sin importar el cataclismo que dominaba la atmósfera, esa misma que nos acunaba y nos protegía con tanto cuidado, la que buscábamos al caer la noche. El tiempo se apiadó de nuestras ganas y saltó por la ventana, nos dejo a solas, nos dejó buscarnos, me dejó nadarte. Y bajo tu agua empecé a arder, me sentí fuego. Y fuimos llamas, y fuimos lluvia. Cada gota nos golpeó con fuerza, la tormenta le devolvió al tiempo su autoridad, y nos encontró abrazados en la más estricta soledad, la soledad de saberme tuya. Te sequé con mi manta de piel y caminamos por los sueños, descalzos, andamos por la senda de lo inconsciente, pintando relojes que se deshacen como el hielo, bailamos por escenarios en blanco y negro, después rojos, matamos a la araña de Klee y desayunamos erizos con el marinero de Picasso. Desee no volver a despertar, cerré fuerte los ojos y apreté tu mano con fuerza, ahí estabas tú... tan dormido, tan limpio, tan puro. Te abracé. El tiempo se volvió presencia, se hizo notar, sonó el despertador, te arrancó de mi pecho, de mis manos, de mis brazos. Era tarde.
domingo, 7 de junio de 2009
03-06-11 Málaga

Hoy saliste por la puerta, me saludaste educadamente con la mano antes de irte y te aventuraste a lanzarme un beso. -¡Hasta pronto!.
No me quedó más remedio que inventarme el resto. Sí. A partir de ese momento el azul dejó de ser un color,fue otra cosa. El Rioja ya no lo bebo en copa de vino y el Guernica se pintó en Agosto. La arcada no precede a la angustia y la oscuridad se observa con gafas de sol. La distancia no se mide en metros y si me apetece me salen alas. Puedo mudar de piel a mi antojo y si aprieto fuerte los ojos me desvanezco y soy aire. Hago de mi caminar un arte, una corriente peculiar que resurge del estilo atrevido de pisar únicamente las baldosas blancas, ¿El suelo? el tablero de ajedrez que cuelga de mi pared y me da la hora. Envuelvo sonrisas con lazos. Por animal de compañía tengo una trucha refinada, la encontré vagando en la calle, pidiendo limosna, recitando poemas sin sentido y de una belleza difícil de explicar, más que poemas regurgita sonidos... a veces se le olvida hablar.El amor es un perfume que sabe a miel. Si me canso me dan cuerda. En mi almohada duermen mis pies, pinto estrellas de día y paseo sobre el mar. Mi mejor amigo tiene un sombrero por alma y mi ser hace que la lluvia huela a limón.
Querida realidad, si estás leyendo esto no vuelvas, estamos mejor sin ti.
Besos y abrazos.
Aura
martes, 26 de mayo de 2009
El niño Gusano: Erizos

Si aparto la cabeza de tu regazo
te digo que me siento peor.
Con cuántos dedos rellenamos un guante,
un cuerpo no es un sillín.
El primer erizo que cacemos
lo despuamos los dos.
Dime qué da vueltas en tu boca,
qué es lo que me hace enfermar.
Si apoyo los dientes en tu regazo
te digo que me siento mejor.
Hay tantos metros que no miden nada,
están mis dedos para contar.
El primer erizo que cacemos
lo despuamos los dos.
Dime qué da vueltas en tu boca,
qué es lo que me hace enfermar.
Aquella vela siempre está encendida
y creo que yo puedo soplar.
El primer erizo que cacemos
lo despuamos los dos.
Tu casa llena de gases nobles,
yo los puedo envilecer.
Dime qué da vueltas en tu boca,
qué es lo que me hace enfermar.
Si tengo que vivir con niñas huecas
el relleno lo pongo yo.
El primer erizo que cacemos
los despuamos los dos.
Con cuántos dedos rellenamos un guante,
un cuerpo no es un sillín.
Dime qué da vueltas en tu boca,
qué es lo que me hace enfermar.
Si tengo que vivir con niñas huecas
el relleno lo pongo yo.
El primer erizo que cacemos
los despuamos los dos.
viernes, 22 de mayo de 2009
LA DUCHA
por Charles Bukowski
nos gusta ducharnos después
(a mí me gusta el agua más caliente que a ella)
y ella me lava primero
me extiende el jabón por los huevos
los levanta
los aprieta,
luego me lava la polla:
"¡oye esto sigue duro!"
luego me lava el vello de ahí abajo,
la tripa, la espalda, el cuello, las piernas,
yo sonrío sonrío sonrío,
y después la lavo yo a ella ...
primero el coño,
me pongo detrás, mi polla en sus nalgas
suavemente enjabono los pelos del coño,
lavo ahí con un movimiento suave
tal vez me detenga más de lo necesario,
luego las piernas por detrás, el culo,
la espalda, el cuello, la hago girar, la beso,
enjabono los pechos, luego la tripa, el cuello,
las piernas por delante, los tobillos, los pies,
y luego el coño, una vez más, para que me dé suerte...
otro beso, y ella sale primero,
se seca, a veces canta mientras yo sigo allí
pongo el agua más caliente
disfrutando los buenos momentos del milagro amoroso
luego salgo...
normalmente es por la tarde y todo está tranquilo,
y mientras nos vestimos hablamos sobre qué otra cosa
podríamos hacer,
pero el estar juntos resuelve casi todo,
en realidad, lo resuelve todo
porque mientras esas cosas estén resueltas
en la historia de un hombre y
una mujer, es diferente para cada uno
mejor y peor para cada uno...
para mí, es tan espléndido como para recordarlo
después de la marcha de los ejércitos
y de los caballos que pasan por las calles fuera
después de los recuerdos del dolor y el fracaso y la desdicha:
Linda, tú me has traído esto,
cuando te lo lleves
hazlo lenta y suavemente
hazlo como si estuviera muriéndome en sueños en lugar de
en vida, amén.
miércoles, 8 de abril de 2009
La vida está en otra parte
¿Cuál es su arma? Únicamente su fidelidad. Se la ofreció desde el comienzo, desde el primer día, como si supiera que no tenía otra cosa que darle.
El amor que hay entre ellos es de una arquitectura extrañamente asimétrica: descansa sobre la seguridad absoluta de su fidelidad como un palacio mastodóntico sobre una sola columna.
Y los amores son como los imperios: cuando desaparece la idea sobre la cual han sido construidos, perecen ellos tambíen.
Milan Kundera, La insoportable levedad del ser.
El amor que hay entre ellos es de una arquitectura extrañamente asimétrica: descansa sobre la seguridad absoluta de su fidelidad como un palacio mastodóntico sobre una sola columna.
Y los amores son como los imperios: cuando desaparece la idea sobre la cual han sido construidos, perecen ellos tambíen.
Milan Kundera, La insoportable levedad del ser.
domingo, 1 de febrero de 2009
Y
Ella bajaba con su libro de metafísica debajo del brazo, le gustaba de vez en cuando ojear las previsiones del tiempo, si llovía (o iba a llover) se le escapaba una sonrisa, la lluvia, al igual que los días grises, le recordaban a él. Su camino era siempre el mismo, primero: el descampado, después el kiosko, luego ese edificio lleno de libros con letras y por último aquel rascacielos lleno de sabiduría y café. De vez en cuando, una hoja seca se le cruzaba en el camino, le gustaba darle empujones, cambiar su destino, alterar su ubicación... a veces la dejaba junto a otras hojas, otras decidía que sería más feliz sola... y en ocasiones se partía en dos. "A veces los empujones son muy fuertes", pensaba ella... Su monotonía se dividía en partes, ella los separaba como se individulaizan los gajos de una mandarina, los suyos no eran de color naranja, pero casi siempre tenían el mismo olor. Los lunes olían a tierra mojada (era el día de regar el césped), los martes a playa por la noche (visita obligada), los miércoles olor a libros viejos (tarea atrasada), los jueves a tostadas con mantequilla (desayuna a des-tiempo, recordando mordiscos), el viernes huele a tabaco, el sábado a ginebra y el domingo a sol. El fin del camino tiene una forma peculiar, es imaginado como un marca-páginas, su función es la misma... "Aquí me quedé"... Y detrás de un lunes un martes.
miércoles, 21 de enero de 2009
Tú volabas alto, yo tocaba fondo
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