viernes, 24 de septiembre de 2010

Lo sublime y lo perverso.

Viólame la vista,
desgárrame el tacto,
penétrame el olfato,
muérdeme el oído...

¡desbórdame el gusto...!

1 comentario:

aura dijo...

Sí. A Kant también le gustaba que le violaran los sentidos.