Ahora, tú, quizá duermas.
Mientras, yo pensaré en esta ausencia a medias,
en este tenerte tan lejos,
en el no poder ser mis brazos,
un abrazo con tus brazos.
Y es que entre tú y yo
hay centenares de sirenas
que con sus cantos ahogan marineros;
la distancia comprendida
entre mi verano y tu invierno.
Ahora, tú, quizá duermas.
Mientras, intentaré adjudicar
a tus fotos, tu voz telefónica,
a tus manos, tus caricias suaves,
a tus labios, el sabor
y la temperatura
de cualquier beso...
...que difícilmente me podrás dar.
miércoles, 3 de marzo de 2010
01.30
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3 comentarios:
De árboles mojados
ay ay... la pura ausencia es inspiración... como duele la no presencia y que bien escribes bajo su amparo.
aaaah no manches... escribes bien fregon compa!!
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